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sábado, 23 de enero de 2021

EL HUERTO INGLES: UN EJEMPLO DEL HORTICULTURA BABESTEN EN TODO SU ESPLENDOR

Este es todo un ejemplo de convivencia entre verduras y flora auxiliar. Todo el conjunto representa el equilibrio del huerto en su clímax. Toda una cascada de colores, bullicio, orden desordenado, asimetría, desparpajo, rusticidad, ensalada de variedades... en fin una locura a imitar. Todo un ejemplo de horticultura BABESTEN en todo su apogeo.

Sentaros y disfrutad de este vídeo. Todo esto se lo debemos a Brigit Strawbridge.




Gracias Brigit.

Hasta la próxima.

Ion


lunes, 18 de enero de 2021

LA ROCALLA : LOS MATERIALES

 Hola compañer@s,

Lo prometido es deuda; en esta segunda entrega del jardín de rocas, hablaremos estas.¡ Comenzamos!

Las rocas

Cuando hayáis establecido el trazado y realizado el movimiento de tierras, la colocación de las rocas confiere la personalidad propia al jardín. Además de estar bien situadas las rocas que utilicemos pueden ser de cualquier tipo, pero lo suficientemente voluminosas para percatarnos de ellas.

El tamaño de las rocas dependerá de las dimensiones de la rocalla, cuanto más pequeña sea ésta, más pequeñas serán también las rocas. Debemos  emplear y juntar formas y tamaños lo más homogéneos posible, lo cual hará que el aspecto global guarde una estética coherente e integrada paisajísticamente.

Si el jardín es grande deberemos colocar algún elemento rocoso grueso. Para estos jardines, y para hacernos una idea, debieran entrar unas 10 ó 12 piezas por tonelada y sus dimensiones alrededor de 60x30x30 cms. Si  nos apetece y la estética global lo pide, a estas rocas podemos añadirles piedras pequeñas y grava  como “revoco” o simplemente utilizarlas para estabilizar los elementos gruesos.

Un consejo muy útil a la hora de elegir las rocas es dirigirnos a piezas locales, de esta manera acertaremos en la integración con el paisaje a parte de abaratarse el precio del transporte . Las rocas elegidas deben ser preferentemente superficiales, así  nos aseguraremos de que al menos tengan una cara más atractiva y con el grado de erosión adecuado.

 

Tipos de rocas

 

Roca caliza

 

Podemos emplear rocas calizas a condición de que sean duras y de forma irregular. Las calizas blandas como la “calluela” debemos desecharlas ya que se rompen en lascas por pequeños golpes o acción del hielo. Normalmente este tipo de “calluela” es la antesala de la caliza dura y subsuelo que la posea  drenará bien el agua. No obstante sacada al exterior y  como rocalla debemos manejarla con precaución pues liberan al suelo carbonatos y otras sales de calcio que cambian el pH del suelo por lo que no son adecuadas para ciertos vegetales más o menos acidófilos. Únicamente pueden ser útiles en rocallas de plantas crasas.

Hay variedades de roca caliza como la dolomía o caliza dolomítica, que es bastante dura.

 




Rocas volcánicas

 

Son rocas porosas y negras  y no siempre de fácil integración en el paisaje. Se adaptan bien a entornos donde vegetan cactus, plantas crasas y palmáceas. Es el caso de las islas Canarias.

Podemos asegurarnos el éxito si recurrimos a rocas volcánicas de la península como los basaltos.

 



 

Rocas areniscas

 

Son arenas endurecidas y conglomeradas, fáciles de trabajar y adaptables a cualquier tipo de entorno, de colores blanquecinos, ocres y marrones. Algunas contiene cavernas las cuales nos dan juego para la plantación en sus huecos. Si queremos construir un murete de mampostería  de división o instalar un pequeño dique en la base de un talud, las areniscas son las apropiadas debido a su fácil manejo y moldeo. Las areniscas apenas influyen en el pH del suelo.





 

Esquistos, pizarras y rocas estratificadas 






 

Estas rocas permiten una buena composición siempre y cuando nos adaptemos a su estructura natural, es decir, cuando las dispongamos de modo que formen estratos o pisos.

 

Granitos y gres 




 

Tienen una masa compacta compacta y solo permiten el cultivo en los huecos existentes entre cada dos rocas. En las sierras de la  península ibérica abundan buenas piedras de caras suaves y cubiertas por musgos. El efecto que producen en el jardín resulta muy agradable. Los granitos apenas influyen en el pH del suelo.

 

Asperones y tobas




 

Estas y otras rocas de estructura cavernosa y  poco pesadas son también muy útiles, al igual que las areniscas permiten la inserción en sus huecos de variedades xerófilas.

 

 

Las tierras y el suelo de la rocalla

 

Si la rocalla va a ser instalada  en el suelo original con o sin movimiento de tierras debemos tener muy en cuenta el tipo de plantas adecuadas a ese sustrato. Daros cuenta que la mayoría de las variedades de rocalla son xerófilas (poca necesidad de agua),por lo que en clima atlántico nos inclinaremos por géneros que aguanten la humedad y que se asienten bien sobre suelos fuertes(franco-arcillosos).No obstante y siempre para mejorar la permeabilidad y estructura física de ese suelo original conviene incorporar, estiércol maduro ,compost, mantillo de hojas y algún aporte de rocas calcáreas las cuales mejoran la esponjosidad del suelo ,pero…¡ojo!, cuidado con los cambios de pH.

 Por el contrario si recurrimos a mezclas de tierras realizadas a propósito de la rocalla tendremos más margen de maniobra y podemos obtener una composición que pueda servir para una amplia variedad de plantas. Estas tierras nada tendrán que ver con la personalidad física y química de nuestro suelo original.

 Os presentamos un buen ejemplo de mezcla válida para un gran abanico de plantas:

1/3 de tierra franca silícea

1/3 arena gruesa de río

1/3 de una mezcla a partes iguales de mantillo de hojas bien descompuesto, turba y compost  maduro que os hará de aglutinante de toda la mezcla así como de fertilizante natural.

 

Debemos recordar que el HUMUS es esencial para el buen funcionamiento de cualquier tipo de suelo, en los suelos pesados los crea grumos estables y el suelo se ablanda, absorbiendo el agua necesaria y evacuando el exceso. En suelos limosos mejora su porosidad, pues consigue que el agua circule por las hebras de la materia orgánica evitando encharcamientos y en los suelos arenosos aumenta la capacidad de retención del agua.

 

Cuando sea necesario cultivar plantas calcícolas, o sea, que gustan del calcio será preciso agregar  dolomita o en su defecto el alga lithotame pero siempre con mucho “tiento” (poco a poco) debido a que si nos pasamos pudiéramos crear clorosis en las plantas al bloquearse el hierro, elemento necesario para que se realice la fotosíntesis.

Otros materiales útiles son los cascotes, gravas gruesas las cuales dispondremos en el fondo de la rocalla para asegurarnos un buen drenaje. 

Las gravas finas no calizas son interesantes para cubrir el suelo en las proximidades de muchas plantas a las que perjudique la humedad evitando así el contacto directo de los vegetales con el terreno húmedo. No abuséis de gravillas extremadamente finas pues colmatan la porosidad del suelo y lo hacen compacto.

Nos vemos en el mundo de los céspedes.

Un saludo.

Ion

domingo, 3 de enero de 2021

LA ROCALLA: UNA MAGNIFICA ELECCIÓN

 ¡De este año no pasa!. Más de un@ lo habrá pensado.

¿Quién no ha tenido la ilusión e idea de crear en el jardín un espacio dedicado a especies vegetales que se pierden por  los ambientes secos o húmedos, que reptan y cubren las rocas?. ¡Es fascinante!

 


                                                    

Un jardín de rocas ,o de rocalla, es la reproducción a escala reducida de una escena natural. Si está completo, comprenderá un terreno movido y accidentado, grietas entre rocas, prados soleados, sotobosques, partes secas y partes húmedas. Este tipo de jardín se adapta perfectamente a cualquier zona de la Península Ibérica  siempre que se empleen los materiales y plantas adecuados y en su composición se tengan en cuenta el clima y las condiciones del ambiente natural de cada planta elegida. Así, tenemos rocallas alpinas para sierras y montes , rocallas mediterráneas  para nuestras zonas soleadas y secas y rocallas atlánticas para zonas sombrías y húmedas.

 





                           

La idea es lo contrario de un jardín geométrico y regular, por lo que será difícil encajarlo en una construcción rústica, mientras que junto a un chalet de tipo modernista se adaptará perfectamente, es decir, irá como anillo al dedo en construcciones contrarias a la irregularidad de la rocalla.

                                



En jardines pequeños de tipo regular no debiéramos empecinarnos en una rocalla, aunque podemos cultivar sus plantas, en  muros, en enlosados y escaleras. Si el jardín de turno es grande podemos aislar ciertas zonas mediante cortinas de árboles y arbustos de hoja perenne, creando en esos rincones verdaderos jardines con rocas.

En la rocalla es imprescindible poner buen gusto en la construcción para evitar modelos con montones de piedras ó cúmulos de plantas sin orden que denotan una falta de planificación y reflexión. El aparente desorden de una rocalla está sometido a unas reglas que la alejan de toda anarquía .La personalidad del autor se manifiesta en cada detalle y en la disposición de las plantas .Este buen gusto, esta afición, este conocimiento del jardín y de la planta se acentúan en el mantenimiento y en la conservación.

En todo momento ha de poderse conseguir un determinado crecimiento, modificar una armonía de color o de forma .La colocación de plantas en la rocalla no debe ser “fría”, sino una zona viva, natural, en la que se prescindirá de variedades de difícil naturalidad, por proceder de climas y suelos diferentes. Habrá que contar con especies rústicas ,resistentes y acopladas a nuestro medio. Debemos de tener en cuenta que aún siendo variedades resistentes, si se las cultiva de un modo demasiado artificial, pierden gran parte de su encanto espontáneo.

                                

                                       

TRAZADO Y RELIEVE

El jardín de rocalla comprende varios elementos: rocas, céspedes, pedregales, paseos y senderos, escaleras rústicas, fuentes, arroyos, cascadas, espejos de agua y lagunas. Si el jardín es grande quizá podamos incluir todos los elementos; si es pequeño, tal vez sólo estén indicadas unas rocas sobre el césped.

Cuando el terreno base es accidental (un talud), los problemas se limitarán a la organización paisajística de la rocalla, pero muchas  veces el terreno es plano y entonces deberemos recurrir a algunas soluciones.

He aquí algunas propuestas interesantes:

1-    Formación de colinas de tierra de diferentes tamaños, irregularmente repartidas sobre el terreno. Después se colocan las rocas. El resto del espacio plano lo dejaremos para césped, incluyendo un estanque irregular y un sendero de losas planas, traviesas de cemento prefabricado o cualquier otro tipo de diseño rústico tan  de moda en la actualidad y de fácil adquisición en almacenes de materiales de construcción.

2-    Creación de un pequeño valle, formando dos colinas contiguas que terraplenen por ambos lados con rocas incrustadas denotando pequeñas e irregulares terrazas las cuales servirán de  acomodo a nuestras plantas. En el fondo del valle se puede instalar un arroyo serpenteante que nazca de una fuente entre piedras y que termine en un estanque donde el valle se abre.

3-    Creación sencilla de un talud adherido a un muro.




Podemos combinar estas ideas con muchas otras para establecer un jardín de rocalla.

Mientras, os dejo que vayáis pensando en  la vuestra; por mi parte os voy preparando otro post con los diversos materiales a utilizar , y así vuestro jardín de rocas irá creando una personalidad única.

Hasta la próxima.

Ion